Un artículo donde se el puso alma, con el
dolor del corazón, con la tristeza de una partida, con el adiós del nunca
más.
Cuando fallece alguna personalidad de la sociedad ya sea de la vida
cultural o política, es habitual publicar solamente una pequeña nota
necrológica, sin embargo se rindió honor por su gran valía humana, a quien brindó
parte de sus días y noches a enriquecer con su artístico lente el trabajo
diario del periódico de su localidad.
Publicado a toda página 4 del semanario Victoria en la Isla de la
Juventud, en la edición impresa correspondiente al sábado 9 de enero del 2010, y en varios Blogger
personales.
Uno
de sus compañeros de labor, Pedro Blanco Oliva, fue quien reflejó la poesía que el amigo sencillo, noble e
incansable, merecía para su último
adiós.
Aquí, el texto íntegro:
Adiós,
compañero de siempre
No vamos a sufrir porque lo perdimos, sino a
pensar en la felicidad por el tiempo que lo tuvimos
Te vimos
gigante, como era habitual en ti, en intensas jornadas, cámara en ristre, para
captar el más significativo gesto, el mejor ángulo de una imagen que reflejara
toda la determinación de un pueblo empeñado al igual que tú, en hacer más
hermosa y próspera la Isla.
Nadie como
tú supo captar el latir de la ciudad de Nueva Gerona, la actuación de los
artistas, las manos callosas de los constructores, el sudor de los agricultores
mezclado con la tierra, la sonrisa de los niños, en fin, el accionar de hombres
y mujeres construyendo un mundo mejor.
Tu imagen
sencilla y humilde rebasó el entorno de un colectivo que no te olvidará nunca,
para abarcar toda una sociedad que te quiso como a un hijo, gracias a tu
profesionalidad y entrega, en el quehacer cotidiano, bajo la lluvia o el sol
ardiente, en la noche y en la madrugada.
Arriesgaste
la vida en incontables ocasiones para lograr la imagen perfecta como genuino
fotorreportero de prensa. Ahí están como testimonios las magníficas
instantáneas del Bastión 2004, las del molino de piedras, las vistas de la
ciudad tomadas desde el balcón de tu apartamento o las incursiones al sur de la
ínsula.
Nunca hubo
una queja ni un reclamo injusto al no ser el del trabajo del día con tu
inseparable amiga colgada del brazo, la cámara fotográfica, dispuesto a hacer
la mejor foto.
Una vida de
fotógrafo insigne es un gran palmarés, máxime cuando varias generaciones
bebieron de tus conocimientos y tus sabios consejos, de alguien que tenía como
única razón de vivir su profesión.
Evelio Medina Rodríguez, la fría
madrugada de este ocho de enero te llevó físicamente, sin saber que el corazón
ardiente de tus seres queridos y todos tus amigos te arroparían en el largo
viaje.
Te fuiste, compañero
de siempre, aunque estarás presente en cada edición con las mejores fotos de la
entrevista, la información y el reportaje, las del “Victoria lo vio”, las de tu
colectivo…
Y brillarás cada mañana cuando el sol ilumine los campos y Gerona,
tu ciudad querida, salga de las brumas del rocío y en cada esquina te espere
junto a su pueblo, segura de que la mostrarás inmensa.