Hay
momentos que deciden la vida, y hay momentos de esta vida, que nos
hacen desfallecer, creer que ya todo termina, que se nos escapa el alma y
el cuerpo, y por esos días aciagos, todos pasamos, pero, como las
tormentas, son por suerte, solo “momentos” pasajeros, que dejan huellas
en los recuerdos, y nos hacen buscar la solución en otros cuerpos, en
otros sitios, en otros mundos, lejos del pasado.
Huir
del pasado, no es la solución, porque habrá días donde la tristeza
volverá a tu mirada, y buscarás esos recuerdos, imaginarás tu cuerpo
fundido en aquella persona que fue, es y será parte de tus días y
noches, a pesar de todo y de todos, estará ahí, presta a limpiar tus
lágrimas, porque la vida te regalará otros cuerpos, otros sitios de
encuentros, otro mundo donde vivir, pero es tan efímera, que el tiempo
no te dará la posibilidad de repetir un gesto, una caricia, una mirada
con la sensibilidad del corazón, como lo hiciste en aquella ocasión, ya
única y con un nombre en las huellas de tu existencia.
Hay
personas que pasan, y por lógica del destino, no volverán, ya son
historia, alegrías o tristezas de un pasado, y solo nos queda la opción
de no guardar rencores, odios, o revolver en el dolor de ayer.
Busquemos,
cuando nos llegue la tristeza y la mirada perdida en el pasado, los
mejores recuerdos, los que nos hicieron reír, soñar, amar.