domingo, 12 de mayo de 2013

Felicidades Mamá


   Si existe un ser imprescindible e insustituible en este mundo, ese ser es la MADRE.
   Fueron quizás siete meses en su vientre, o los nueve que por naturaleza debemos permanecer dentro de sus entrañas, tiempo suficiente para nutrirnos de su carne, de sus huesos, de su vida toda.
   Fueron para ella días y noches de dolores, mareos, deseos que quizás no pudieron ser saciados porque no existía lo que ella deseaba comer en ese momento.
   Después la alegría de nuestro primera sonrisa, luego del grito al mundo diciendo: Mamá, ya estoy aquí.
   Vinieron las noches sin dormir, porque el llanto nuestro lo impedía, los pañales a montones en las bateas, y ella, sin el menor escrúpulo, lavando la orina y la caca de su pequeño bebé.
     La primera palabra, los primeros pasos, todo acompañado de miles de besos y caricias, de mimos y ternura infinita.
    
La MADRE, la incansable, la que ha llorado por nuestras enfermedades, ha sufrido por el dolor de su pequeño ser, la que ríe al vernos alegres, felices por ver que su hijo aprobara el primer examen en el primer grado.
No alcanzarían las cuartillas para reflejar una vida entregada a su descendiente, a ese ser que se forjó dentro de ella, y hoy camina este mundo gracias a su sangre.
   
   Mamá, Mima, Mami, Mamita, Má, Vieja…, calificativos que esconden detrás de ellos a alguien ESPECIAL en la vida de todo humano, y cada día y cada noche debemos pensar si estamos valorando a la MADRE, si ella recibe todo que merece, si estando lejos la llamamos para saber de su salud, si la visitamos para compartir una comida dominical.
   
   Cada día cuenta, no dejemos que el almanaque nos diga que el segundo domingo de mayo es su día, pensemos que para ella todos los días son merecedores de dedicarle el detalle de su hijo, que no querrá el regalo con flores, no, estemos convencidos que nuestra presencia y nuestro cariño y amor, es lo que la llenará de orgullo, de sana alegría.
   
   Nunca empañemos sus ojos de lágrimas de dolor, hagamos todo lo posible por ver en su mirada, la húmeda lágrima del placer de habernos  traído al mundo.
   Que no solo en mayo podamos decirle Felicidades Mamá, sino que cada día hagamos que ella se sienta verdaderamente feliz.  
 
   



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