En mi pequeña islita
del Caribe hay valores paisajísticos de indescriptible belleza, solo el ojo
humano sensible a lo hermoso que nos regala la tierra, es capaz de reconocerlo.
Cuidar el entorno de
la Isla de la Juventud es un llamado permanente, y a través del lente, pues
dejamos constancia gráfica del mismo.