domingo, 27 de octubre de 2013

Por siempre, una flor para Camilo



Camilo Cienfuegos era como un “viejo” que había obrado por la libertad de mi Patria y tuvieron que pasar varios años desde mi infancia para reconocer al verdadero hombre de pueblo.
Y es que ese hombre del que siempre hablamos era un muchacho más de las calles habaneras y que desapareció con solo 27 años de edad.
¡Cómo reconocer a un joven de esa edad detrás de esa barba, del sombrero alón o de esos ojos que muestran una madurez más allá de los años que tenía!
Cada año en Cuba acudimos a ríos, arroyos, costas, a la orilla del mar, para rendir tributo a un ser que desde pequeño veía como un dios inalcanzable por su conducta y valor.
Y de él tendremos que leer mucho más, aprender más, conocer más, porque hay seres humanos que nunca se han ido, que nunca se irán, porque su sonrisa, la del héroe de Yaguajay, nos acompaña en el camino por la vida.
 En la fotocopia se muestra una de las tantas imágenes captadas por el lente del fotorreportero Evelio Medina Rodríguez en el solemne momento de depositar a la transparencia de las aguas nuestras flores para Camilo.
Ahí vemos a un abuelo con su pequeño nieto, juntas las manos, como premonición de un futuro asegurado por las nuevas generaciones de cubanos.


 Arriba,otra de las históricas fotos de Camilo Cienfuegos. 
En esa ocasión en compañía del actual presidente cubano Raúl Castro Ruz.