domingo, 19 de enero de 2014

Cuba, La Habana en fotos (20)

   Se me antoja en tonalidades de grises y el color negro, aunque, ¿el negro es un color?, creo que al no reflejar la luz es precisamente ausencia de color.

Cuba es un eterno arcoíris donde el negro no está presente pero en las noches el fondo oscuro hace posible la belleza de las estrellas y la romántica y enigmática luna.
Mire usted, es nuestra “raza”, la que hizo de este archipiélago un sitio único, irrepetible en el área del Caribe, la de ese “bendito color” venido de la Madre África.
Y me refiero al negro porque mucho de polémica he generado con mis artículos de mi raza, y repito, no de “racismo”, sino de color de piel.
Además en este lente artístico retomo el “blanco y negro” como unión perfecta para crear lo “diferente”.
La Habana, la capital, la urbe, la poma, esa que lo mismo muestra una boda en una añeja máquina de los 50 del pasado siglo XX, que un ómnibus repleto de apurados pasajeros, de Cine Teatro con nombre de la Sierra Maestra.
La Habana de las interminables y desesperantes colas para llegar a un destino sin hora fija, la de los majestuosos hoteles de la década de los cincuenta, la del malecón que a veces se vuelve intransitable por la furia del mar, la de una Ciudad Deportiva que se resume en su céntrico Coliseo, la de las escuelas vestidas de construcciones de la colonia, la ciudad donde se esconden miles de obras de arte en sus sorprendentes Iglesias católicas, La Habana del imponente Monte de las Banderas al frente de una Oficina que se niega a dar visa a miles de cubanos que solo desean unirse a los suyos…
La Habana en blanco y negro, la capital de blancos y negros…