domingo, 19 de enero de 2014

Tantas miradas si pueden estar equivocadas


  

Hay una frase que se repite una y otra vez en el popular espacio televisivo “23 y M”, la que se utiliza como uno de los slogan del programa, Tantas miradas no pueden estar equivocadas.
Doy título a este artículo con la manida frase pero con otro sentido para reflejar el titular de una de las primeras planas del semanario impreso Victoria en la Isla de la Juventud.
Era costumbre en mí acudir cada viernes a la redacción del rotativo local para revisar los trabajos con los que colaboraba y a la vez sugerir algún que otro diseño a los excelentes informáticos.
Allí estaban dispuestos a escuchar sugerencias y llevarlas a las páginas Pepe, Emilio…
El trabajo final de cada página de las ocho que posee el periódico es responsabilidad de varias personas, las cuales las revisan una y otra vez para que el detalle no falte y tampoco las desagradables erratas.
El periodista, el fotorreportero, el jefe de información, de redacción, el director, las correctoras, los diseñadores…, y hasta yo “metía la cuchareta” cada semana buscando siempre algo para cambiar, opinando, en fin.
A la semana de haber sido publicada la edición donde salió esta primera plana que hoy les muestro, mi amigo Evelio Medina Rodríguez aún me preguntaba si había encontrado un error en ella.
La miraba una y otra vez y solo veía el bien logrado conjunto fotográfico que acostumbraba a captar con su inquieto lente.
Me dijo que leyera bien el titular de la noticia.
Yo leía y no veía la “tamaña” errata que él quería mostrarme.
Quizás al ser locutor y saber leer con el tino de no cambiar una palabra por otra, aunque esta tenga su error escrito, una habilidad necesaria para los profesionales de la palabra hablada, mis ojos veían una cosa y mi mente leía otra.
En mayúsculas y resaltado en color rojo, el título del trabajo reza SEMBRANDO VOLUNDAD Y FUTURO.
Ahí estaba la maldita palabra en semejante tamaño, casi protagonista por encima del escrito del periodista y del conjunto fotográfico: VOLUNDAD.
Se había cambiado la T por una D en la palabra voluntad, y nadie notó la errata hasta después de impreso y vendido el semanario.
Me consta la entrega diaria hasta altas horas de la madrugada, de los hombres y mujeres que hacen posible la confección no solo la confección del periódico hecho en tinta, sino la edición digital del mismo para el internet.
Personas que no tienen horario ni día de descanso, responsables y serias ante cada tarea que cumplir, lo mismo bajo un torrencial aguacero, un huracán, en el surco del campo, en las maniobras militares, que en la industria, la escuela, la salud.
Doy a conocer esta anécdota para demostrar una vez más que nadie está exento de equivocarse, de cometer un error “involuntario”, de mirar y “no ver”.
Mis respetos y cariño infinito para todos los compañeros de trabajo del periódico de mi entrañable islita, para esos que compartieron todos los días con el desaparecido Evelio, su cigarro, su buchito de café, su sonrisa, su realización profesional.
 


Abajo otra foto relacionada con el sector de la agricultura y que llenaba la primera plana del semanario pinero.
Evelio intentaba y lograba llevar la imagen del duro trabajo en el surco, con ese toque artístico, diferente.
No era tirar la foto simplemente, se hace necesario buscar el necesario detalle para llegar a la belleza del instante captado por el lente de una cámara fotográfica.