sábado, 26 de julio de 2014

Carapachibey en el Cuartel Moncada

   En el mes de julio hay un día que marca un antes y un después en la historia de este país.
   “El 26 es el día más alegre de la historia”, se tararea en la letra de un tema de la cancionística cubana.
   No voy a escribir aquí la historia que universalmente se conoce, solo confesar que desde niño me parecía ilógico que en esa fecha se celebre con música, caldosa y alegría, cuando murieron tantos revolucionarios en tan valiente acción.
   La muerte siempre ha sido momento de luto para el cubano, y a mi criterio el Día de la Rebeldía Nacional debiera ser una fecha de duelo patrio.
   Mis respetos para los dirigentes que idearon la celebración del 26 de julio, en aquel momento quizás tuvieron sus justificadas razones para la propuesta que ya es tradición en la nación, pero todavía se van corrigiendo a 55 años de Revolución algunas ideas y preceptos.
    Fue sin dudas una Victoria de las ideas que por suerte el pueblo ha sabido mantener a pesar de todo y de todos los obstáculos que hemos tenido que sortear.  
   ¿Tendrán realmente deseos de celebrar con júbilo y alegría los familiares de los combatientes caídos en los asaltos a los cuarteles del oriente cubano?
   En mi pasado viaje a la provincia de Santiago de Cuba tuve el privilegio de visitar el Cuartel Moncada, su museo, sus calles, su majestuosidad, hoy convertido en Ciudad Escolar 26 de julio, sitio que también alberga los estudios del canal televisivo local, Tele Turquino.
   Sin dudas, un sitio que todo cubano debe visitar, porque la historia de Cuba tiene allí las huellas de los dirigentes que han encaminado al archipiélago nuestro por la senda de la justeza, la solidaridad, el internacionalismo, el humanismo...