martes, 26 de junio de 2018

La sagrada familia (3)

El fogón de leña de las casas, habitual en las zonas de los campos cubanos.
 El café recién tostado y machucado en el pilón de madera, y en colador de tela, aviva el aliento con su aroma matinal en la campiña de mi familia materna.

De ahí toman casi todos los vecinos que pasan por la casa, y gratis.
 Las paredes de yagua, y en ellas parte de los utensilios de la cocina, típico en las casitas orientales de la zona campo adentro.


¿No tienes vergüenza publicar esas fotos?
Así me dijo cierta persona al conocer mis intenciones de dar a  conocer sobre mi familia materna allá en Las Tunas.
No, todo lo contrario, le respondí.
Lejos de ello lo que siento es sano orgullo de toda mi familia.
En este artículo fotos de dos casas, donde la diferencia en las construcciones no es muy notable.
Desde niño iba de vacaciones allá, y dormía en hamacas de saco, amarradas a las paredes de yagua.
Pisos de tierra blanca, aroma a café tostado al amanecer y en el patio las vacas a las cual iba con un jarrito de aluminio y cogía la leche cruda desde la misma ubre.
Café con leche a lo oriental, o café claro con un pedazo de pan.
La humildad de la población de las zonas campestres de mi país es digna de dar a conocer sin ninguna vergüenza.
Mis raíces son de allá, del oriente cubano.
A donde fui a finales de 2009 y gracias a la camarita de Evelio, el inspirador de este blog, pude captar estas imágenes que hoy les regalo en Carapachibey.
Continuará…


El perrito de la casa y los animales de corral no pueden faltar como mascota y fuente de alimentos.
 Techos de guano y lo verde, mezcla de cubanía en el oriente del país.


Dos baños, uno al aire libre, con paredes de hojas de matas de plátanos, y el piso es sencillamente una piedra.
El otro, en casa diferente, un poco más privado, pero tan sencillo y humilde.

Los escusao de madera, la letrina o sitio donde hacer “sus necesidades”.
 



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