martes, 8 de enero de 2019

A nueve años de un adiós

De las desaparecidas Escuelas Latinoamericanas de Medicina en la Isla de la Juventud, Evelio tiene cientos de fotos las cuales saldrán en una nueva serie de Carapachibey.
En esta se vemos a Evelio captando el instante que solo una foto eterniza en el tiempo y la convierte en Memoria histórica.
Hoy ocho de enero de 2019 se cumplen nueve años de la partida física del inspirador de este blog.
Tras su inesperado adiós, era mi deber como amigo hacer honor a su obra artística la cual nos legara a través de su incansable lente.
De Evelio Medina Rodríguez, fotorreportero de mi entrañable Isla de la Juventud, aún quedan miles de imágenes por publicar en Carapachibey.
Un interminable archivo fotográfico espera ser revelado al mundo en este sitio digital.
En la fría mañana del día ocho del primer mes del año 2010, daba su último aliento al mundo que lo vio nacer, el 16 de febrero de 1952.
En la tarde de ese propio día, era sepultado en el cementerio de la ciudad de Nueva Gerona, esa apacible y noble ciudad que lo acogió como a un hijo a la edad de dos años, proveniente de la entonces provincia Las Villas y el municipio Quemado de Güines.
Su familia le llamaba Omelio o Memo.
Sus compañeros de trabajo Medina, y sus más íntimos del periódico Victoria le decían Chuchundro o Chuchundrito.
No estuve presente en su partida.
Él y Dios no lo quisieron así.
Al regresar a la Isla fui directo al campo santo y solo quedaban sobre su fría tumba, unas coronas con unos marchitos girasoles.
Esa imagen no es la que queda de él en mis recuerdos.
De Evelito queda en mi alma su incondicional amor, su entrega y cariño sin límites, su sonrisa eterna y su carácter de ángel terrenal.
En paz descanse amigo mío.
Seguiré dignificando tu obra y tu persona, hasta que Dios y la vida me lo permitan.


Poco antes de finalizar el 2009 Evelito me pidió le hiciera llegar vía correo electrónico a sus amistades y compañeros de labor, esta postal.
La popular foto, publicada en el periódico local y hecha afiche pinero, es en sí símbolo de despedida de la ciudad que lo recordará por siempre.
 Era habitual verlo por las calles de Nueva Gerona, con su cámara al cuello, y captando la vida de los pineros, de los habitantes a los que él se debía y para los que trabajaba con tanta entrega y profesionalidad.  
 A mi criterio personal esta es otra de esas fotos simbólicas de su trabajo.

La entonces calle 39 cuando aún no contaba con el hoy Paseo o Bulevar.
La ciudad intentaba vestirse con un modesto bulevar por entonces.
La gente de mi ciudad caminaba su principal arteria y daba vida y color a esta hermosa foto.


Su presencia antes, durante y después del paso de los eventos meteorológicos que han afectado al territorio pinero, dejó un amplio y valioso legado histórico para las futuras generaciones.

En archivo muchas fotos en compañía de sus compañeros de labor en el periódico Victoria.
Solo muestro una.
En esta con la camarita que me facilitara para que dejara constancia gráfica de la visita a mi familia en Las Tunas.
Gracias a su previsión, pude retratar a mis abuelos, mis tíos y primos.
Fotos que han dejado una huella visual en el tiempo.
¡Gracias por tanto amor!       
    Artículos de Referencia: