Regresar a mi
terruño pinero se convierte en una especie de adicción vital para mi
sobrevivencia espiritual, no solo por la necesidad de estar al lado de mis
padres, sino también por ver los cambios que mis coterráneos hacen a la ciudad
que me vio nacer.
En un rápido y
corto viaje a La Isla en el último día de 2018, descubrí en el patio de la
Escuela Elemental de arte Leonardo Luberta Noy, una hermosa obra de arte que da
un toque distintivo a ese centro formador de artistas en mi ínsula caribeña.
Es un
majestuoso violín, creación del artista de la plástica Yonier Powery Serrano, quien
recibió estudios en ese plantel educacional, y la cual supe había sido
inaugurada el miércoles 24 de octubre de ese propio año.
Powery lo tituló
Sinfonía del Arte, y lo dedicó a su madre Odalys Serrano, aunque también dijo,
es un presente para los amigos, colegas y pineros.
Supe a través
del periódico Victoria que este regalo está hecho en metal, pero curado con
anticorrosivo marino.
Que el violín
es el instrumento favorito de Yonier y se inspiró en una pieza de cerámica que
hizo hace unos años atrás.
Sin duda alguna
la Isla de la Juventud fue, es y seguirá siendo un pedazo de la geografía del
archipiélago cubano, en constante transformación.
Y desde
Carapachibey seguiremos llevando esos detalles que enriquecen la Memoria
histórica desde la fotografía.
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