De las desaparecidas Escuelas Latinoamericanas de
Medicina en la Isla de la Juventud, Evelio tiene cientos de fotos las cuales
saldrán en una nueva serie de Carapachibey.
En esta se vemos a Evelio captando el instante que solo
una foto eterniza en el tiempo y la convierte en Memoria histórica.
Hoy ocho de enero de 2019 se cumplen nueve años de la
partida física del inspirador de este blog.
Tras su inesperado adiós, era mi deber como amigo hacer
honor a su obra artística la cual nos legara a través de su incansable lente.
De Evelio Medina Rodríguez, fotorreportero de mi
entrañable Isla de la Juventud, aún quedan miles de imágenes por publicar en
Carapachibey.
Un interminable archivo fotográfico espera ser revelado
al mundo en este sitio digital.
En la fría mañana del día ocho del primer mes del año
2010, daba su último aliento al mundo que lo vio nacer, el 16 de febrero de
1952.
En la tarde de ese propio día, era sepultado en el
cementerio de la ciudad de Nueva Gerona, esa apacible y noble ciudad que lo
acogió como a un hijo a la edad de dos años, proveniente de la entonces
provincia Las Villas y el municipio Quemado de Güines.
Su familia le llamaba Omelio o Memo.
Sus compañeros de trabajo Medina, y sus más íntimos del
periódico Victoria le decían Chuchundro o Chuchundrito.
No estuve presente en su partida.
Él y Dios no lo quisieron así.
Al regresar a la Isla fui directo al campo santo y solo
quedaban sobre su fría tumba, unas coronas con unos marchitos girasoles.
Esa imagen no es la que queda de él en mis recuerdos.
De Evelito queda en mi alma su incondicional amor, su
entrega y cariño sin límites, su sonrisa eterna y su carácter de ángel
terrenal.
En paz descanse amigo mío.
Seguiré dignificando tu obra y tu persona, hasta que Dios
y la vida me lo permitan.
Poco antes de finalizar el 2009 Evelito me pidió le
hiciera llegar vía correo electrónico a sus amistades y compañeros de labor,
esta postal.
La popular foto, publicada en el periódico local y hecha
afiche pinero, es en sí símbolo de despedida de la ciudad que lo recordará por
siempre.
Era habitual verlo por las calles de Nueva Gerona, con su
cámara al cuello, y captando la vida de los pineros, de los habitantes a los
que él se debía y para los que trabajaba con tanta entrega y
profesionalidad.
A mi criterio personal esta es otra de esas fotos
simbólicas de su trabajo.
La entonces calle 39 cuando aún no contaba con el hoy
Paseo o Bulevar.
La ciudad intentaba vestirse con un modesto bulevar por
entonces.
La gente de mi ciudad caminaba su principal arteria y
daba vida y color a esta hermosa foto.
Su presencia antes, durante y después del paso de los
eventos meteorológicos que han afectado al territorio pinero, dejó un amplio y
valioso legado histórico para las futuras generaciones.
En archivo muchas fotos en compañía de sus compañeros de
labor en el periódico Victoria.
Solo muestro una.
En esta con la camarita que me facilitara para que dejara
constancia gráfica de la visita a mi familia en Las Tunas.
Gracias a su previsión, pude retratar a mis abuelos, mis
tíos y primos.
Fotos que han dejado una huella visual en el tiempo.
¡Gracias por tanto amor!
Artículos de Referencia:
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