La rada
habanera queda en grises.
Se fueron los
colores de los cruceros que engalanaban su entorno.
Ya no más
selfies a la orilla de su bahía.
Luces y
majestuosidad solo quedan en los recuerdos y en las fotos captadas por miles de
habitantes y visitantes.
Nos quedamos
ahora con la modesta y emblemática lanchita de Regla, símbolo también de una
ciudad que va para sus 500 años, como Ciudad Maravilla.
Seguiremos con
estos regalos visuales desde Carapachibey.
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