El saludo
matinal a mi criterio debe ser lo primero que debemos los seres humanos emitir
en el amanecer
En casa quizás no sea costumbre hacerlo
entre la familia pero es parte de la educación formal y la cortesía del cubano
ese Buenos días tan necesario para lograr la empatía con quienes se cruzan en
el camino al trabajo, a la escuela.
Con el
vecino del bario, el chofer de la guagua, o sencillamente con el barrendero del
vecindario.
Se ha hecho
habitual en mi cotidianidad saludar en las mañanas a esa imprescindible persona
que limpia en las primeras horas del día las calles de la ciudad, que mantiene
limpia nuestra casa grande.
Les confieso
que no sé el nombre de ellos, pero ya los siento como parte de la familia, de
esta familia que somos todos los habitantes de mi bello archipiélago caribeño.
Mi sana y
modesta recomendación para que se sumen al saludo matinal y verán qué bien se
siente al recibir la reciprocidad de una sonrisa.