Cabina central
de Radio Rebelde
El Comandante
Guerrillero Heroico, “Che”, símbolo de la Radio Rebelde
Cada 24 de
febrero se celebra en Cuba el aniversario de una emisora que va “al ritmo de la
vida.”
Les confieso que
nunca imaginé estar frente a sus micrófonos, entre sus maestros de la palabra y
en la parrilla de su programación.
La Habana me
abría sus puertas para Cuba y el mundo el 6 de enero de 2012, (como regalo del
Día de Reyes), desde Radio Progreso, La Onda de la alegría, en el informativo “A
primera hora” y en otros populares programas.
Pocos meses después
hago la prueba de voz en la también conocida “Emisora de la Revolución” y me
recibe con otra puerta más para mi realización profesional.
Recuerdo haber
sido llamado en plena programación especial cuando el destructivo huracán Sandy
azotaba a la bella tierra de Santiago de Cuba.
Desde las dos y
treinta de la tarde y hasta las ocho de la noche, en vivo y de manera
ininterrumpida, pude llevarle al pueblo de mi país, junto a los periodistas y
reporteros de la redacción informativa, todas las incidencias de lo que ocurría
en esa oriental provincia cubana.
Después vino “Portada
Rebelde”, un noticiero con un diseño sonoro que atrae al igual que su
realización general y manera de decir la noticia.
Como titular
del mismo, junto a la colega Marisol Rodríguez, desde las 12 y treinta de la
madrugada, durante media hora, disfruté el estilo de la locución de una
radioemisora totalmente diferente a Progreso.
Una anécdota de
esa etapa de mi vida.
Resulta que en
Progreso yo hacía también el Noticiero Resumen el cual sale al aire de once y
cuarenta y cinco a doce de la noche.
Me quedaba solo
media hora para ir a pie, corriendo, desde Infanta 105 y llegar al Edificio de
23 y M, el ICRT, para leer a primera vista, impreso en papel, el espacio noticioso
de Rebelde.
Comencé a
hacerlo en pleno mes de agosto, así que se imaginarán cómo llegaba a la cabina.
Empapado de
sudor y sin poder hablar por la carrera maratónica entre las dos emisoras.
Nunca imaginé
el significado que pudo haber tenido en mi carrera como locutor el haber
trabajado simultáneamente en dos noticiarios con solo media hora de diferencia,
en dos plantas radiales con alcance nacional e internacional y con estilos
opuestos en la manera de decir.
Guardo en mis
archivos de audio más de siete meses de experiencia ante la audiencia de la
CMBA.
También de
lunes a sábado y de dos a cinco de la madrugada ocupé los asientos de la
revista “A esta hora”, tres horas compartiendo con los amigos que a esa hora precisamente
se dejan acompañar por el dial Rebelde.
Tres bloques de
llamadas telefónicas para saludar y complacer temas musicales, comentarios,
boletines de noticias y variadas secciones de interés general, me deleitaban y nutrían
de conocimientos y experiencia.
Fue una etapa
en la que descansaba poco ya que al día siguiente tenía mis responsabilidades
en mi casa, y digo “casa” porque así sentí los más de tres años y medio en Progreso.
Bien tiene
ganado el calificativo de La emisora de la familia cubana.
Al día
siguiente y trasnochado, pues en horas del mediodía la alta responsabilidad de
narrar bajo la dirección de la Maestra Carmen Solar, ciento un capítulos de “La
leyenda del Prado”.
Esa será otra historia.
La de Rebelde
fue y es una de las más hermosas en mis años de experiencia en la radio
nacional.
A su colectivo,
mi cariño e incondicional lealtad.
Las gracias por
haberme permitido estar y hacer.
La amiga y
colega Marisol Rodríguez, locutora y directora de programas; Ányelo Miguel
Toledo, joven realizador de sonidos; y sentado, el director
Mariano Álvarez Gutiérrez, un ser
extraordinario, sencillo y familiar quien me condujo durante varios meses tras
su mando en “Portada Rebelde” y “A esta hora”
Ányelo no solo
tenía la responsabilidad del máster del sonido, sino también la grabación y
edición de las llamadas telefónicas de los oyentes dentro y fuera de Cuba
Marisol y
Mariano, dos personas a quien debo agradecer la confianza brindada y la ayuda en lograr el estilo que
necesitaban en el noticiero y en la revista
Preparándonos
en el poco tiempo disponible antes de salir al aire en vivo para toda la audiencia
Rebelde.
En Progreso
tenemos el telepronter pero en Rebelde se mantiene el guión impreso en papel,
lo que dificulta en ocasiones la lectura
Portada Rebelde
lo hacíamos en la cabina central y la revista “A esta hora” en la Panamericana.
Con mi amiga y
compañera de labor Marisol Rodríguez, a ella el agradecimiento por sus
enseñanzas