Hermosa ciudad
del Caribe.
Patrimonio
Mundial.
Para Cuba y el
mundo Ciudad Maravilla.
En cada minuto
fotografiada por miles de habitantes y visitantes.
En millones de
postales, revistas, afiches, prendas o suvenires está tu alma viviente.
Porque aunque
aparentemente fría tras el lente de una cámara o un móvil, ahí está tu esencia,
tu vida.
Ciudad que no
duerme, y tampoco deja dormir.
Con sus añejas
arquitecturas que van compartiendo nuevos y modernos sitios.
Ultramarina
provincia, capital de todos los cubanos.
Sitio aún por
descubrir.
No alcanzaría
la existencia de un ser humano para caminar sus calles, adentrarse en sus más
recónditos recovecos y deleitarse con su magia y placeres espirituales.
La Habana en sí
es un complejo mundo para aventurase.
En ello estoy y
quedo frustrado cada día porque me es imposible vivirla y conocerla como ella
bien merece.
Son 500 años de
historias, de leyendas, de generaciones.
Y no bastarán
500 más para amarla tal cual es.
Majestuosa,
bullanguera, sucia, llena de huellas que van cediendo al tiempo con los
constantes derrumbes.
Pero ahí está y
estará porque la voluntad del habanero y de los que nos asentamos en su ceno
maternal, la rescataremos de su letargo de abandono.
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