El acto de darse
cuenta
Jaime Prendes es
un hombre apasionado por la fotografía
directa, incansable conversador, que ha realizado toda la obra en su natal Isla
de la Juventud, isla donde no sólo ha elaborado su discurso formal, sino
también el conceptual de la muestra que
hoy pone a la consideración del público habanero.
Ambiciona el
fotógrafo en su afán de que no perdamos
ninguna de las esencias implícitas en sus obras, que conozcamos las coordenadas que debemos
tener en cuenta para el mejor
acercamiento e interpretación del mensaje atendiendo lo que aporta la imagen
desde la estética, pero también considerar
la duda que genera la literalidad
del título que la califica. A esa dualidad de acciones, el autor la bautiza
como “el acto de darse cuenta”.
El hombre nuevo, asunto mítico que
constituye una de las grandes
aspiraciones de la Revolución, es
el tema que nos propone Prendes, con la aspiración de que sus imágenes
encuentren a través del símbolo, el modo
de expresar la complejidad cambiante de esa historia por él vivida y las pruebas a que ha sido sometida por la
acción de los cambios sociales al paso del tiempo.
Treinta imágenes impresas en gran formato, gracias a la
revolución tecnológica digital, como se diría en la cercana década del 90,
benefician la narrativa visual, de un conjunto iniciado en el año 2004 y
realizados en diferentes períodos, por lo que algunas de ellas han recibido
reconocimientos al ser expuestas individualmente en salones de su municipio y
en exposiciones mas allá de nuestras costas.
De muy diversas
maneras puede ser apreciada esta exposición. Pero puede que por mi vicio
profesional, mire con mayor interés la propuesta artística de fotografías que
pretenden condensar procesos al convertir en imágenes momentos que en la realidad, cada uno de
nosotros puede sacar sus propias conclusiones, no solo al apresar el pasado
para incorporarlo a un tiempo que queremos se prolongue o que queremos
sobrevivir y que generalmente con mirada
crítica deseamos cambiar.
La fotografía de
Prendes sobrepasa los placeres de la nostalgia o los de la memoria, su obra se
convierte en instrumento de otra estética, el mismo la acerca como
aspiración a la dura pero humanista
mirada de Suite Habana.
La verdad en
fotografía, es un tema constantemente puesto en duda, la que hoy apreciamos son
imágenes entre mas de dos mundos: el que
se contempla, el que se sueña o se imagina, y el que el autor nos propone
valiéndose de la palabra.
Lo que ves, lo que
quieres ver y lo que realmente hay. Tampoco vale decir realmente, pues la
fotografía tampoco es realidad.
La construcción de la
fotografía en Prendes aparece fragmentada entre lo que es la imagen directa pura y lo que es el
concepto, pues él es un fotógrafo de la calle en la búsqueda de situaciones y gestos que se
esconden en el movimiento vital, allí se
preocupa por la atmósfera que al descontextualizarla del entorno le otorga en
algunos casos una atmósfera verdaderamente irreal, ya por el alto contraste o
el contraluz que le facilita la luz ambiental tan apegada al uso por la fotografía directa y live cubana.
Estas imágenes tienen
otro destino, otra intención, razón por la que no nos aporta referencia posible
para apreciar ni el momento, ni el lugar a que pertenece la toma; la
importancia como imagen radica en la excelente valoración del blanco al negro.
Validan esta opinión
las tituladas Autocrítica, Cuenta propia y la excelencia de Los mandados.
Otro aspecto que se
aprecia desde el punto de vista de la construcción de la imagen es el
atrevimiento del fotógrafo que con tal de garantizar su discurso temático inserta en el conjunto imágenes con
diferentes tratamientos formales, como en
las fotos directas con el espíritu del reportero que se aprecian en el desgarrador mensaje de El retiro o El último
hombre, pero que se diferencian
de las construidas fotos de El chivato, El Aguila nacional o Drume negrita, unidas al conjunto por la impresión en
blanco y negro .
Es su verdad
construida a pedazos de la realidad, que al compartirla con nuevos públicos
enriquecerá seguramente su lectura, a la vez que sea vehículo de disfrute, de
conocimiento y de reflexión común.
Lesbia Vent Dumois
La Habana, marzo 2012