Si alguien en cualquier sitio del mundo se dispone a
visitar Cuba seguramente tiene entre los sitios escogidos para vacacionar aquí
al balneario por excelencia de las playas de este hermoso archipiélago.
Varadero, situado en la provincia de Matanzas, es de los
lugares más conocidos en el mundo y más promocionados en los catálogos y
revistas turísticas.
Este paraíso tropical de la mayor de las Antillas,
lamentablemente no está al alcance del bolsillo del cubano “de a pie”, como se
le conoce a la mayoría de habitantes de la República de Cuba.
Un obrero, un ingeniero o licenciado, un médico, nunca
podrá disfrutar junto a su familia de las bondades de la naturaleza y los
servicios gastronómicos y de hospedaje de uno de sus maravillosos hoteles.
La mayoría de ellos cobran todos sus servicios en Moneda
Libremente Convertible, dígase CUC o dólares, inaccesible para un profesional
de la palabra como este bloguero.
Muchos cubanos reciben remesas del exterior y en alguna
ocasión pueden darse el “lujo” de acudir una vez en su vida a Varadero.
Por supuesto, muchos dirán que es una injusticia social
que los habitantes de Cuba no puedan tener la posibilidad de disfrutar de una
habitación en Varadero, pero hay que recordar algo muy importante.
El dinero recaudado en esos bellos hoteles va destinado a
obras sociales de mi país, a la construcción de hospitales, policlínicos,
hogares maternos, de abuelos…, y como bien todos conocemos, todos los servicios
de salud son gratuitos, y la educación, también.
Es una sociedad polémica por los cambios tras la caída
del Campo Socialista, y este pudiera también ser un polémico artículo por las
razones expuestas las cuales solicito sean leídas y analizadas por cada uno de
ustedes sin caer en política, y disfruten la fotografía, quien, a fin de
cuentas, es la protagonista de Carapachibey.
Tuve la posibilidad por razones de trabajo, de
visitar por unas pocas horas uno de esos hermosos hoteles y aquí está la
constancia gráfica de un Paraíso tropical.