Si otras ciudades
cubanas me han cautivado por su extraordinaria belleza arquitectónica o por su
gente en mi Cuba, como ejemplo la Villa fundada por los franceses en este
hermoso archipiélago, la Perla del Sur, Cienfuegos, sin dudas Santiago de Cuba
me ha dejado un sabor a nostalgia y es que nunca imaginé que esa tierra
oriental tuviera el encanto que mostró ante este visitante.
Una ciudad extremadamente limpia, elegante,
acogedora, con aires de capital, con personas que en su caminar nos regalan una
manera diferente, una provincia que guarda secretos por descubrir aún y que nos
obliga a visitarla una y otra vez para no caer en la añoranza.
A ella regresaré, porque Santiago es
Santiago, así de sensillo.