Creo ser un humano privilegiado en este mundo al vivir en
una zona de La Habana que deleita a la vista y al cuerpo con una naturaleza
virgen y de una belleza paisajística anti estrés.
Estas imágenes que les muestro son captadas desde mi
cuarto, el cual da al norte, desde donde la brisa nos refresca en este trópico
tan extenuante.
Bien sabe usted seguidor de este blog que soy amante de
la naturaleza, de la magnificencia de cada detalle que nos regala.
El verde de las plantas y el azul del cielo son un regalo
diario a la vista y al cuerpo, un placer que disfruto, un descanso divino entre
la naturaleza de mi país.