Sentado en el balcón de mi apartamento de La Habana la
tarde se me escapa ante la mirada de melancolía.
Rodeado de una vegetación paradisiaca me remonto a los
parajes de mi terruño en la Isla de la Juventud donde otras tardes vienen a mis
recuerdos.
Como el color de Carapachibey el astro rey se despide de
otro día más en Cuba y les regalo este mágico momento de la vida.
Solo hay tiempo para amar y sobrevivir a la esperanza de
otro instante como este.
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