Tener la dicha de vivir con un entorno donde la
naturaleza hace gala de su majestuosidad y poder de relajamiento espiritual, es
una real bendición en mi existencia.
La Habana no solo es bullicio, guaguas abarrotadas,
fiestas, malecón, soledad.
La capital de Cuba tiene sus encantos donde la flora y la
fauna se unen para hacernos la cotidianidad mucho más agradable.
Desde mi balcón puedo captar estas imágenes que hoy
comparto y regalo a todos esos amantes de los detalles que se esconden más allá
del estrés.
Te invito a que mires a tu alrededor y también los
descubras.
La vida es mucho más que lo que estás viviendo ahora
mismo.
Está ahí, delante de tus ojos.
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