Gente alegre
pese a las limitaciones y penurias económicas.
Personas con la
sonrisa a flor de piel.
Seres
trabajadores y sacrificados por una sobrevivencia interminable.
Guerreros que
donan y regalan su sagrada sangre para salvar la vida a sus semejantes ya sea
dentro o fuera de Cuba.
Niños alegres y
despreocupados de un presente que sus padres y familia se echan a los hombros.
Con una amplia
cultura bien arraigada, y un sentido de pertenecía como pocos, así somos los habitantes
de este país ubicado entre las aguas del cálido mar Caribe.
Una invitación
a visitarnos y descubrirnos, ahora en esta serie en blanco y negro, porque los
colores no los llevamos en la piel, sino en el alma y el corazón.
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