¿Quién duda que las plantas o
árboles son seres vivos?, ¿Acaso no nos regalan el oxigeno, la sombra y brisa
fresca en el verano?, ¿Y el placer de contemplar sus movimientos, su belleza,
su elegancia y majestuosidad?
Hace solo unos días publicaba
aquí un fotorreportaje el cual me inspiró en una de esos amaneceres en que La
Habana me recibe trabajando, la hermosa vegetación que “rodeaba” al mayor
recinto Universitario del país, la Casa de Altos Estudios capitalina, la
histórica Universidad de La Habana.
El sábado dos de marzo se
avizoraba una vez más de júbilo en la escalinata de los jóvenes cubanos con un
gran concierto dedicado a Los Cinco y como bienvenida a uno de los
antiterroristas nuestros presos en cárceles norteamericanas.
Temprano en la mañana acudí al
sitio para comprobar los preparativos y mis ojos se aguaron al instante, y no
precisamente por la emoción de los trabajos que se realizaban allí, sino por el
magnicidio cometido contra aquella bella y vigorosa vegetación que abrazaba los
contornos de la Universidad y que hoy solo quedan en las imágenes captadas por
este bloguero.
¡A quién se le ocurrió
semejante idea!, ¿Quién autorizó la ¿poda?, o más bien diría "la tala" indiscriminada de la arboleda que ha
formado parte del entorno de ese sitio durante tantos años?
Una imagen como esta me hace recordar ahora la devastación del Huracán Gustav por mi tierra pinera en el 2008. Entonces fue la propia naturaleza la causante del magnicidio y hoy ha sido la mano insensible del hombre.
Y aquí no hay justificaciones de
que afectaba el cablerío de la electricidad o la telefonía porque ni un solo
cable hay en esos patios donde estaban las aparentes imponentes ramas.
Comparen las fotos del artículo anterior y las de este.
Ya está hecho el lamentable
suicidio contra el medio ambiente y el entorno del Vedado capitalino y contra
la belleza de los patios de la Universidad de La Habana.
¡Qué lástima Yeyo!...,
¡Compadre!
Ver link relacionado:
Ramón Leyva Morales
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