Aún no logro entender en qué estación de la
vida el destino quiso recompensarme, o si la vida me debía algún favor y quiso
ser leal.
Tal vez el tiempo se compadeció de mí y me
está estrechando la mano.
El dolor y la tristeza enarbolaron su bandera
blanca y me encuentro atrapado en una misteriosa tregua.
Solo sé una cosa, y no solo la sé, puedo sentirla,
puedo mirarla, puedo vivirla a cada
instante.
Y es que llegaste a mi vida para iluminarla,
para vestirla de aroma, de una fragancia exquisita amenizada por la pasión.
Para llenarme de intensas noches que me hacen
vibrar de deseo,
para con tu sonrisa alegrar los pasajes
tenebrosos de esta humanidad que me apuñala de repente,
para abrazar mi alma y abrigarla con tu
ternura,
para hacerme sentir vivo cuando sé que se
apaga mi aliento a cada minuto,
para levantarme con tu fuerza interior y
espiritualmente pura,
para impulsarme hacia nuevos horizontes
tomado de tu mano,
para hacerme compañía y abofetear
continuamente la soledad asediante,
para sincerar mis más tenues secretos, para
acariciar y valorar lo que tenía a mi alrededor y no valoraba.
Para viajar juntos en este episodio que nos
nubla de esperanza, que nos eleva hasta el infinito, que nos ilumina el sendero
hacia la completa realización de nuestros sueños, y que definitivamente me
permitió conocer a una persona especial, a una persona que me llena de su
cariño y lo más importante, me da todo sin pedir nada a cambio, y que sin dudar
cambia en un abrir y cerrar de ojos su vida por la mía.
Carapachibey y su creador, Ramón Leyva
Morales, se honra en esta ocasión con la publicación de una serie dedicada a la
poesía, al amor, siempre con imágenes que apoyen visualmente el discurso
poético de su autor, el joven Yasmany Sánchez de Bardet.
Un regalo para los seguidores del blog donde
la fotografía es la protagonista.
Nota:
Todas las fotos de esta serie ya fueron
publicadas en otros artículos de Carapachibey.
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