Una de las mayores
satisfacciones profesionales que me ha brindado trabajar frente a los
micrófonos de La Onda de la Alegría, Radio Progreso, lo ha sido sin dudas
entrevistar a varias personalidades de la cultura cubana.
Nunca imaginé allá en mi terruño pinero
poder hacerle una para Radio Caribe al más exponente de la música regional pinera,
Ramón Reinaldo Rives Amador.
No quise hacerle una fría entrevista a
través de la línea telefónica desde los estudios centrales de Infanta 105 en la
capital del país.
Y me fui a la Isla de la Juventud, a mi
tierra, no para entrevistarlo, sino dialogar con él, en su propia casa, en la
Villa de las aguas, en la capital histórica de la Isla, en Santa Fe.
En una modesta casa del reparto Camilo
Cienfuegos del segundo poblado en importancia de la ínsula sureña, me acogió El
Rey del Sucu suco, junto a su familia.
¡Quién me lo iba a decir!, dialogar en vivo
para uno de mis programas de la radio nacional, con Mongo, alguien que forma
parte de la vida espiritual y social de varias generaciones de isleños.
Sabemos que el ritmo de esa zona es
Patrimonio de lo más genuino de la música cubana, surgido en la época de la
colonia a finales de la primera mitad del siglo XIX.
Una breve transcripción para los fieles
seguidores de este blog, del diálogo con Mongo.
¿Cuándo, cómo surge y se inicia Mongo Rives
en la música tradicional pinera?
Yo me inicié con 13 años, cuando se me
ocurre hacer un Laúd, ya que estaba enamorado de ese instrumento musical.
Escuchaba por la radio a Coronita (Felo
Sosa) y a Alejandro Aguilar, quienes eran excelentes laudistas de la época.
El Chino Bebo, un amigo de mi familia me
regala una guitarra y con ella hice mi primer Laúd, ya que la afiné para lograr
los arpegios.
Con 15 años cree un quinteto con mi guitarra
convertida en Laúd y después busqué uno de verdad para saber si yo sabía
tocarlo y encontré uno de 18 cuerdas, allá en Gerona. Recuerdo que me lo vendió
el chofer de la ambulancia de Nueva Gerona al cual reté al decirle que yo nunca
había tocado ese instrumento pero si me lo prestaba, le demostraba que sí podía
sacarle música. Se llamaba Reynaldo Aguiar. Me dijo que si lo hacía, me vendía
el de él.
Así pude tener en mis manos el primer Laúd,
gracias a mi padre que vendió algunos animales y me dio el dinero. Ah, decirte
que me costó 15 pesos.
Con mi quinteto
comencé a trabajar en las fiestas especulativas y cobraba a tres pesos por
cabeza y en otras tocaba gratis. Eso fue en el año 1945.
Ya en el 45 dirijo el
quinteto, nombrado Grupo de Mongo Rives,
integrado por mi padre Mariano, mi primo Orestes Rives y mis hermanos
Gregorio y Juan.
El mismo fue bautizado así en la casa de
Alberto Herrera, en el barrio La Tumbita, en una fiesta que hicimos el 25 de
diciembre de ese propio año 1945.
Ya en el triunfo de
la Revolución lo hice con once compañeros y cinco parejas de baile.
Mongo, ¿se
conoce al creador del Sucu suco?
Lo único y poco que conocemos del Sucu suco nos
llega de la tradición oral de la familia y los habitantes de la Isla, y hay un
libro escrito por Filiberto Ramírez Corría titulado Excerta de una Isla mágica
o biografía de un latifundio, donde él entrevista a varios ancianos pineros en
el año 46.
Yo simplemente fui el
continuador de lo que hacía mi bisabuela Bruna Castillo, la que se dedicaba a
difundir el ritmo y enseñar el mismo a sus hijos y nietos.
La pieza El melón es
de la autoría de mi bisabuela y ella se inspiró en la tonada de Campana.
Mongo, díganos cuál fue el primer Sucu suco
que se conoce en la historia de la música tradicional pinera.
Se cuenta que el ritmo surgió en el siglo
XIX con el tema Campana, de un autor desconocido.
En esa época se le
llamaba Rumba o Rumbita, después en 1900 se le llamó Dancita y después en 1910 se le llama Cotunto ya que
las fiestas pineras se extendían toda la madrugada y a esa hora se escucha el
canto de esa ave de los campos, y surgió bautizado así por el tema Compay
Cotunto.
En la etapa de la colonia los americanos
preguntaban qué sonido era ese que emitían los pies, suc suc y se escuchaba al
bailar, entonces los pineros como burla decidieron llamarle Sucu Suco a ese
sonido y ritmo. Así se hacía rimar con
bejuco, con trabuco, con conuco. Digo esto porque la palabra Sucu no
existe, es Suco.
Entonces se hace
necesaria una aclaración no solo a los oyentes sino también a los especialistas
de la música cubana. En publicaciones y en el habla popular se decía Sucu sucu,
y ahora es Sucu suco, terminado en “o”, ¿Por qué el cambio Mongo Rives?
No, ahora no, siempre fue así, porque los
improvisadores cogían el son montuno y tenían que rimar con bejuco, con
trabuco, con conuco, y Sucu sucu no tiene rima con nada. Por eso no se admitió
que fuese Sucu sucu.
Hay una anécdota vinculada al maestro Eliseo
Grenet, ¿nos la cuenta?
Exacto, eso fue por
el año 1948 que él visita la Isla. En la casa de Quimbo, en la finca de
Cuchilla Alta nosotros le ofrecimos un guateque al maestro Grenet. Quiso
convencernos que si el nombre procedía de la onomatopeya del sonido de los
zapatos con el piso y el toque con el machete, debía decirse sucu y no soco,
pero los pineros nunca dejamos de llamarlo Sucu suco.
Grenet incorporó el
ritmo con nuevos compases en la radio nacional con los temas Felipe Blanco y
Domingo Pantoja. Fue así que se dio a conocer internacionalmente el ritmo
nuestro pero con el error del sucu.
Decirles también que
llamar al ritmo pinero a nivel nacional e internacional Sucu sucu en vez de
Sucu suco lo motivó el libro El Sucu sucu de Isla de Pinos, de la investigadora de la música cubana, la
profesora María Teresa Linares.
Nos
gustaría nos contara sobre el popular tema Los majases no tienen cueva.
Ese tema fue compuesto como burla a un
mayoral español llamado Felipe Blanco y Hernández. Hay que decir que en la isla
hubo una sublevación el 26 de julio pero del año 1896, donde la protagonizó la
Juana de Arco cubana, Evangelina Cosío. Esos conspiradores se escondieron en
las cuevas que hay en la loma de Sierra Las Casas. El tal Felipe Blanco les dio
abrigo y comida en su casa y los entregó a las autoridades españolas. Por su
traición los sublevados fueron salvajemente macheteados.
La letra de ese número dice así:
Ya los
majases no tiene cuevas
Felipe
Blanco los traicionó
Los traicionó,
los traicionó
Los
traicionó que lo vide yo
Martínez
Campo tenía una flor
Y Maceo
se la quitó, se la quitó
Se la
quitó, que lo vide yo
Hay una interesante
anécdota que tiene a este tema asociado a Raúl Castro, ¿verdad?
En una ocasión estaba yo en una reunión con
Raúl en una de sus visitas aquí a la Isla de la Juventud. Me encontraba
cantando con mi grupo y él nos interrumpe para sugerirme una estrofa para el
tema:
Y los
yanquis la marchitaron
Y Fidel
la floreció
La
floreció, la floreció
La
floreció que la vide yo
Me dice Raúl, Móntalo que yo no te cobro nada
por el arreglo, y así quedó.
Te pudiera decir que según los estudiosos
ese tema es el más versionado de todos los Sucu suco. Primero fue el cantado
por los españoles para dar a conocer su masacre con los sublevados del 26,
después la versión de los indignados pineros, después la que nos sugiere Raúl
Castro y hay una del maestro Eliseo Grenet que dio a conocer en Cuba y el
mundo.
Un dato que puede ser de interés general
para los oyentes de Radio Progreso, ¿Qué es un Laúd?
Un Laúd es un instrumento musical de cuerdas
y puede tener 10, 12, 18 y 24 cuerdas, y se usa en sustitución de la bandurria.
Durante muchos años el grupo se llamó Mongo
Rives y la Tumbita Criolla. ¿Por qué el cambio?
El nombre surgió en el año 1967 a sugerencia
de mi amigo Mario Lorenzo Guillama Pérez, ya que en La Tumbita nacieron y se
criaron todos los fundadores e integrantes del grupo.
En una ocasión unos turistas nos preguntaban
que si Tumbita venía de tumba de los muertos, ellos lo asociaban a ese sagrado
sitio. La Tumbita es donde nací yo aquí en Santa Fe. Entonces decidimos
cambiarle el nombre que durante más de 40 años nos identificó. En el 2004
decidimos llamarnos entonces Septeto Pinero de Mongo Rives, el cual actualmente
está integrado por la tercera generación de músicos, donde tengo a mi hijo
Reinaldo Rives Soto como director y como arreglista y cantante principal a mi
nieta Ailen Rives.
Sabemos que su actual Septeto incursiona en
otros géneros musicales. ¿Cuáles son?
Chico, mi grupo se ha modernizado pero
cuidando mucho el ritmo originario, el Sucu suco, aunque ahora lo mismo
interpretamos bachatas, boleros, congas, merengues, cumbias. Repito, siempre
preservando nuestra razón de ser, el tradicional género musical pinero, el Sucu
suco.
Abajo, foto galería captada en Santa Fe, la capital de las aguas y cuna del Sucu Suco en la otrora Isla de Pinos