domingo, 29 de diciembre de 2013

Carapachibey con Mongo Rives, el Rey del Sucu suco


   Una de las mayores satisfacciones profesionales que me ha brindado trabajar frente a los micrófonos de La Onda de la Alegría, Radio Progreso, lo ha sido sin dudas entrevistar a varias personalidades de la cultura cubana.
    Nunca imaginé allá en mi terruño pinero poder hacerle una para Radio Caribe al más exponente de la música regional pinera, Ramón Reinaldo Rives Amador.
    No quise hacerle una fría entrevista a través de la línea telefónica desde los estudios centrales de Infanta 105 en la capital del país.
    Y me fui a la Isla de la Juventud, a mi tierra, no para entrevistarlo, sino dialogar con él, en su propia casa, en la Villa de las aguas, en la capital histórica de la Isla, en Santa Fe.
    En una modesta casa del reparto Camilo Cienfuegos del segundo poblado en importancia de la ínsula sureña, me acogió El Rey del Sucu suco, junto a su familia.
    ¡Quién me lo iba a decir!, dialogar en vivo para uno de mis programas de la radio nacional, con Mongo, alguien que forma parte de la vida espiritual y social de varias generaciones de isleños.
    Sabemos que el ritmo de esa zona es Patrimonio de lo más genuino de la música cubana, surgido en la época de la colonia a finales de la primera mitad del siglo XIX.
   Una breve transcripción para los fieles seguidores de este blog, del diálogo con Mongo.
    ¿Cuándo, cómo surge y se inicia Mongo Rives en la música tradicional pinera?
   Yo me inicié con 13 años, cuando se me ocurre hacer un Laúd, ya que estaba enamorado de ese instrumento musical.
   Escuchaba por la radio a Coronita (Felo Sosa) y a Alejandro Aguilar, quienes eran excelentes laudistas de la época.
    El Chino Bebo, un amigo de mi familia me regala una guitarra y con ella hice mi primer Laúd, ya que la afiné para lograr los arpegios.
   Con 15 años cree un quinteto con mi guitarra convertida en Laúd y después busqué uno de verdad para saber si yo sabía tocarlo y encontré uno de 18 cuerdas, allá en Gerona. Recuerdo que me lo vendió el chofer de la ambulancia de Nueva Gerona al cual reté al decirle que yo nunca había tocado ese instrumento pero si me lo prestaba, le demostraba que sí podía sacarle música. Se llamaba Reynaldo Aguiar. Me dijo que si lo hacía, me vendía el de él.
    Así pude tener en mis manos el primer Laúd, gracias a mi padre que vendió algunos animales y me dio el dinero. Ah, decirte que me costó 15 pesos.
Con mi quinteto comencé a trabajar en las fiestas especulativas y cobraba a tres pesos por cabeza y en otras tocaba gratis. Eso fue en el año 1945.
Ya en el 45 dirijo el quinteto, nombrado Grupo de Mongo Rives,  integrado por mi padre Mariano, mi primo Orestes Rives y mis hermanos Gregorio y Juan.
    El mismo fue bautizado así en la casa de Alberto Herrera, en el barrio La Tumbita, en una fiesta que hicimos el 25 de diciembre de ese propio año 1945.
Ya en el triunfo de la Revolución lo hice con once compañeros y cinco parejas de baile.
    Mongo, ¿se conoce al creador del Sucu suco?
  Lo único y poco que conocemos del Sucu suco nos llega de la tradición oral de la familia y los habitantes de la Isla, y hay un libro escrito por Filiberto Ramírez Corría titulado Excerta de una Isla mágica o biografía de un latifundio, donde él entrevista a varios ancianos pineros en el año 46.
Yo simplemente fui el continuador de lo que hacía mi bisabuela Bruna Castillo, la que se dedicaba a difundir el ritmo y enseñar el mismo a sus hijos y nietos.
La pieza El melón es de la autoría de mi bisabuela y ella se inspiró en la tonada de Campana.
   Mongo, díganos cuál fue el primer Sucu suco que se conoce en la historia de la música tradicional pinera.
   Se cuenta que el ritmo surgió en el siglo XIX con el tema Campana, de un autor desconocido.
En esa época se le llamaba Rumba o Rumbita, después en 1900 se le llamó Dancita  y después en 1910 se le llama Cotunto ya que las fiestas pineras se extendían toda la madrugada y a esa hora se escucha el canto de esa ave de los campos, y surgió bautizado así por el tema Compay Cotunto.  
   En la etapa de la colonia los americanos preguntaban qué sonido era ese que emitían los pies, suc suc y se escuchaba al bailar, entonces los pineros como burla decidieron llamarle Sucu Suco a ese sonido y ritmo. Así se hacía rimar con  bejuco, con trabuco, con conuco. Digo esto porque la palabra Sucu no existe, es Suco.
    Entonces se hace necesaria una aclaración no solo a los oyentes sino también a los especialistas de la música cubana. En publicaciones y en el habla popular se decía Sucu sucu, y ahora es Sucu suco, terminado en “o”, ¿Por qué el cambio Mongo Rives?
   No, ahora no, siempre fue así, porque los improvisadores cogían el son montuno y tenían que rimar con bejuco, con trabuco, con conuco, y Sucu sucu no tiene rima con nada. Por eso no se admitió que fuese Sucu sucu.
   Hay una anécdota vinculada al maestro Eliseo Grenet, ¿nos la cuenta?
Exacto, eso fue por el año 1948 que él visita la Isla. En la casa de Quimbo, en la finca de Cuchilla Alta nosotros le ofrecimos un guateque al maestro Grenet. Quiso convencernos que si el nombre procedía de la onomatopeya del sonido de los zapatos con el piso y el toque con el machete, debía decirse sucu y no soco, pero los pineros nunca dejamos de llamarlo Sucu suco.
Grenet incorporó el ritmo con nuevos compases en la radio nacional con los temas Felipe Blanco y Domingo Pantoja. Fue así que se dio a conocer internacionalmente el ritmo nuestro pero con el error del sucu.    
Decirles también que llamar al ritmo pinero a nivel nacional e internacional Sucu sucu en vez de Sucu suco lo motivó el libro El Sucu sucu de Isla de Pinos, de la  investigadora de la música cubana, la profesora María Teresa Linares.
     Nos gustaría nos contara sobre el popular tema Los majases no tienen cueva.
   Ese tema fue compuesto como burla a un mayoral español llamado Felipe Blanco y Hernández. Hay que decir que en la isla hubo una sublevación el 26 de julio pero del año 1896, donde la protagonizó la Juana de Arco cubana, Evangelina Cosío. Esos conspiradores se escondieron en las cuevas que hay en la loma de Sierra Las Casas. El tal Felipe Blanco les dio abrigo y comida en su casa y los entregó a las autoridades españolas. Por su traición los sublevados fueron salvajemente macheteados.
   La letra de ese número dice así:
Ya los majases no tiene cuevas
Felipe Blanco los traicionó
Los traicionó, los traicionó
Los traicionó que lo vide yo   
Martínez Campo tenía una flor
Y Maceo se la quitó, se la quitó
Se la quitó, que lo vide yo
   Hay una interesante anécdota que tiene a este tema asociado a Raúl Castro, ¿verdad?
   En una ocasión estaba yo en una reunión con Raúl en una de sus visitas aquí a la Isla de la Juventud. Me encontraba cantando con mi grupo y él nos interrumpe para sugerirme una estrofa para el tema:
Y los yanquis la marchitaron
Y Fidel la floreció
La floreció, la floreció
La floreció que la vide yo
   Me dice Raúl, Móntalo que yo no te cobro nada por el arreglo, y así quedó.
   Te pudiera decir que según los estudiosos ese tema es el más versionado de todos los Sucu suco. Primero fue el cantado por los españoles para dar a conocer su masacre con los sublevados del 26, después la versión de los indignados pineros, después la que nos sugiere Raúl Castro y hay una del maestro Eliseo Grenet que dio a conocer en Cuba y el mundo.   
    Un dato que puede ser de interés general para los oyentes de Radio Progreso, ¿Qué es un Laúd?
   Un Laúd es un instrumento musical de cuerdas y puede tener 10, 12, 18 y 24 cuerdas, y se usa en sustitución de la bandurria.
    Durante muchos años el grupo se llamó Mongo Rives y la Tumbita Criolla. ¿Por qué el cambio?
   El nombre surgió en el año 1967 a sugerencia de mi amigo Mario Lorenzo Guillama Pérez, ya que en La Tumbita nacieron y se criaron todos los fundadores e integrantes del grupo. 
   En una ocasión unos turistas nos preguntaban que si Tumbita venía de tumba de los muertos, ellos lo asociaban a ese sagrado sitio. La Tumbita es donde nací yo aquí en Santa Fe. Entonces decidimos cambiarle el nombre que durante más de 40 años nos identificó. En el 2004 decidimos llamarnos entonces Septeto Pinero de Mongo Rives, el cual actualmente está integrado por la tercera generación de músicos, donde tengo a mi hijo Reinaldo Rives Soto como director y como arreglista y cantante principal a mi nieta Ailen Rives.
   Sabemos que su actual Septeto incursiona en otros géneros musicales. ¿Cuáles son?
    Chico, mi grupo se ha modernizado pero cuidando mucho el ritmo originario, el Sucu suco, aunque ahora lo mismo interpretamos bachatas, boleros, congas, merengues, cumbias. Repito, siempre preservando nuestra razón de ser, el tradicional género musical pinero, el Sucu suco.  
Abajo, foto galería captada en Santa Fe, la capital de las aguas y cuna del Sucu Suco en la otrora Isla de Pinos