Cada mañana de
domingo amanezco en ese bello balcón que
engalana a la ciudad de La Habana.
Y no es que esté de fiesta desde el
sábado en ese inmenso muro, sencillamente salgo en vivo en una
radio revista de seis a ocho de la mañana, por La onda de la alegría, la Radio
Progreso cubana.
Al terminar, bajo desde Infanta 105 pocas cuadras
y disfruto la salida del sol, con la tranquilidad de esa hora, cuando solo se
puede ver por el malecón a varios turistas corriendo, a algunos pescadores, o
al barre calle, ese personaje tan valioso y necesario para la higiene y belleza
de la ciudad que tanto ensuciamos.
Aquí van otras imágenes de ese mágico sitio,
tan popular dentro y fuera del país.