Captar el latido de
mi ciudad natal en cada visita es parte de mi deber y obligación como pinero.
Mostrarla cual es,
sencilla y noble, tranquila y acogedora, familiar con el visitante, igual y
diferente.
Enfocar el lente
desde la torre de la iglesia católica o desde el techo en ruinas del que fuera
el Teatro Victoria, y también subir una vez más a la Sierra Las Casas, forma
parte de las andadas de este apasionado de la fotografía y de su amada Isla de
la Juventud.
Tras el lente,
Nueva Gerona, a su altura.