Las noches en Nueva
Gerona, la ciudad capital de la Isla de la Juventud, se tornan monótonas,
aburridas, faltas de vida, y bien lo saben los pineros y visitantes.
La ciudad se viste de
gala con su naciente bulevar, un sitio que merece ofrecer al público su real
valor.
No es recomendable
las comparaciones con otros lugares de este tipo en provincias del país, pero
bien pudieran buscarse experiencias.
Convertir las casas
especializadas en núcleos de esparcimiento para algunos sectores de la
población sería una buena opción.
La casa de la trova,
del rock, de las tradiciones pineras, de la música electrónica, del bolero, del
son, del danzón, del té, en fin, un sitio donde poder compartir entre
amigos, sentarse a conversar, a debatir, a degustar un refresco natural, un
buen batido, un helado, un coctel.
Me viene a la mente
la desaparecida casa del dulce en lo que es hoy el complejo recreativo Rumbos,
donde en su salón principal podíamos tomar helados, comprar variedad de dulces,
y en su patio no faltaban los batidos de frutas naturales, de chocolate, de
fresa…
Las empresas del
territorio pudieran sumarse a la revitalización no solo de la gastronomía de la
Isla sino también a darle vida al bulevar de Gerona, para así honrar a
nuestro Héroe Nacional, Martí, nombre de esa otrora vía peatonal convertida
ahora en paseo.
Ideas muchas se
pueden aportar a tan hermoso proyecto, solo se requiere voluntad, sumar
fuerzas, hacer realidad los sueños escondidos en miles de pineros que esperan
un renacer de su pueblo, de sus proyectos, de su vida toda.