Foto publicada en la primera plana del periódico Victoria de la Isla de la Juventud, el sábado 12 de febrero de 2005 y captada por el lente de Evelio Medina Rodríguez, dedicada al 14 de febrero, Día de los enamorados
Para quien dedicó toda su vida al arte de la fotografía con entrega
infinita y con amor, nunca podían pasar por alto esas instantáneas donde el
detalle del AMOR es protagonista en nuestras vidas.
Si alguien amó con total
intensidad y de manera incondicional, ese fue él, de ello fui fiel testigo,
partícipe de su vida.
Dedicado a su familia, a sus
amigos y compañeros de trabajo, entregado en cuerpo y alma a su profesión,
siempre con la sonrisa en sus labios y la jocosidad que le caracterizaba.
El día ocho de enero de 2010 fue su repentina partida física, y el día 16 de febrero estaría cumpliendo años de edad.
Me cuenta su vecina que poco
antes de su fallecimiento le confesó: “Ramoncito fue en mi vida el hijo que
nunca tuve”.
Por ello, al regreso a mi Isla y
no tenerlo más, renuncié a todo lo material que pude haber heredado de su
persona.
Muchos aún no lo conciben, no
entienden por qué si tuve mis documentos oficiales como Carné de Identidad y
Libreta de Abastecimientos en su dirección durante más de veinte años, si le
entregué mi cariño y compañía tanto tiempo, no quise siquiera sacar de su
apartamento mis ropas, mis abrigos, todos los objetos que formaron parte de
ambos.
Fue mi madre la que me dijo:
¡Cuidado tú con ir allá arriba a buscar algo!
Y eso era Amor, era lo que
valía de su persona, porque no existe dinero en este mundo ni objeto material
que pueda comprar al ser humano.
Mi padre lo lloró como a nadie,
eso me confesó mi madre, y es que Evelio Medina Rodríguez fue para mi familia
el hijo, el hermano, el amigo, el ser único que nadie podrá suplantar.
De haberme quedado en el
edificio de La Ceiba, en la esquina de las calles 32 y 45 de Nueva Gerona
estaría aún allá, con puertas cerradas a mi realización profesional y no
hubiese logrado un sueño que gracias a él se hizo realidad aquí en La Habana.
Hubiera querido que él me
enterrara a mí, y por suerte y gracias a Dios no tuve que vivir la triste
experiencia de su muerte y el sepelio, al parecer el destino quiso que
estuviera lejos y sin poder llegar a tiempo.
Creo en las energías del
Universo y el poder de las almas buenas y nobles y estoy convencido que él
influyó en que yo no estuviese en la Isla ese fatídico día.
Él fue el inspirador de este
blog, de Carapachibey, como el faro más alto de América Latina, allá al sur de
nuestra islita del Archipiélago de Los Canarreos.
Evelio es el protagonista de
este blog donde solo podré mostrar una mínima parte de su obra artística.
Publico este arículo donde
las fotos y su sello característico lo diferenciaba de sus colegas y del cual
se nutrieron jóvenes talentos que a los que él mostró sus experiencias y que
hoy continúan su obra, como el fotorreportero Gerardo Mayet Cruz.