Hermoso
artículo de la periodista Ana María Almaral Reyes y con excelente y artística
foto de Evelio Medina Rodríguez publicado en la primera plana del semanario
Victoria de la Isla de la Juventud y su suplemento Juvenil Opción futuro, en
edición dedicada al 14 de febrero.
Recuerdo que fue Sergio Rivero Carrasco,
entonces director del periódico pinero, quien accedió al capricho de Evelio
para que le cediera el auto de la dirección y viajar a más de 40 kilómetros de
la ciudad de Nueva Gerona, hasta el Hotel El Colony, y lograr la instantánea
con uno de esos inigualables atardeceres en esa zona del Mar Caribe.
Lo logró y lo eternizó en esta bella foto,
tirada con un rollo blanco y negro y revelado en el laboratorio con los métodos
de las químicas, el papel, en el cuarto oscuro.
Puede parecer que tienes el sol entre las manos y me lo entregas, también
me ofreces cuatro letras unidas que forman un sentimiento y una acción; llegan
sin avisar, desarman a la razón y nos cautivan. El corazón es un torrente de
ternura dispuesto a invadirlo todo con su imparable fluir de emociones.
La tarde destierra al juicio y
al equilibrio; la complicidad de la ternura nos convoca desde su cristal. Todo
es una fiesta que el sol bendice en su despedida; las estrellas aún no se
asoman pero no necesito de su luz si estás a mi lado.
No nos mancha la usura de la
mentira, el odio es forastero que se acuna lejos y los secretos quedaron en el
viento. Nos delata la mirada, la sonrisa y hasta un aura inmaculada que emana
de la pureza de dos almas errantes, en busca de un paraíso donde, con arco y
flechas, reina Eros o Cupido.
¡Ah!, pobre el que no ha sentido
en la dermis el filo hiriente de sus saetas, del que no ha esperado en las
quietas aguas solitarias de una playa con la ilusión de verde llegar, del que
ha echado en el olvido los momentos de entrega y dedicación, ¡pobre del que no
le ha dolido el amor!