Artículo publicado en el semanario impreso Victoria de la
Isla de la Juventud, por el periodista Alexis García Pulido y con fotos de
Evelio Medina Rodríguez.
- Vean aquí el link al fotorreportaje Punta del Este en la Isla de la Juventud
Una de las maravillas más
grandes de La Isla es la playa de Punta del Este. Su ubicación en forma de
semicírculo nos da idea de cómo la acción de la naturaleza construye una obra;
tal es así que con solo visitar el lugar, no podemos evitar mojarnos los pies
en sus transparentes aguas.
Desde los aborígenes que, según cuenta la
historia, vivieron en ese paraje, hasta la visita de las actuales generaciones
para disfrutar de la exótica flora y fauna han quedado huellas casi
imborrables.
Una de ellas es la ubicación de casuarinas
en la arena las cuales afectan considerablemente la vegetación y el suelo.
Existen dos versiones acerca de la llegada
de esas indeseables plantas, una es la posible siembra por seres humanos y otra
el arrastre marino de sus semillas hasta su nacimiento en el referido sitio,
pero lo más cierto es que el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA), elaboró un proyecto para la protección y cuidado de las especies en el
litoral.
De esa manera comenzaron en jornadas de
trabajo voluntario para erradicar el mal, no obstante esperan por la aprobación
del proyecto nombrado Restauración paisajística de la playa. No es casual el
estudio que realizaron a favor de evitar la erosión eólica que produce la
casuarina, pues con su gran aceleración en cualquier tipo de terreno, logra
expandir sus acículas, revirtiéndolas en gran cantidad de materia orgánica y
coadyuva a exterminar el arenal.
Ese efecto ha hecho que más de la mitad de
la concurrida zona esté infestada por esa filantrópica planta; desde hace dos
meses no se realizan trabajos en aras de lograr su eliminación, pero estamos
seguros de que la acción rápida y oportuna del hombre alcanzará su propósito.
Por el momento, se necesita agilizar el
proceso para el bien de la naturaleza allí, para que el turismo nacional y
extranjero, pueda disfrutar del bien estructurado paisaje.
“Muchos estudios han sido realizados acerca
de la vegetación existente en la zona –explicó Celino Rives Amador,
especialista del CITMA-, decretamos más de 1 500 especies marinas y
determinamos que el fondo de la playa es duro y muy favorable para la
recreación, pues no existen bancos de arena y la duna está constantemente en
movimiento, así facilita la pulcritud de la orilla después de que se ejecuten
las tareas.”
Falta la impronta del hombre que seguro
beneficiará en gran medida, no solo a la playa de Punta del Este, sino, además,
a las otras del sur que poseen los desgarradores arbustos.
Ramón Leyva Morales
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