Desde pequeño supe
que la naturaleza iba a ser mi aliada compañera de por vida.
Haber nacido en un barrio de la Isla de
Pinos, en Sierra Caballos, rodeado de monte, potreros, vaquerías, me ayudó a
formar mi carácter entre lo verde, entre arroyos y una presa donde aprendí a
nadar.
Las flores nunca me faltaron, fueron mi
compañía en los amaneceres mientras me dirigía a la escuela, y en las tardes
con las correrías infantiles antes de la hora del baño.
Aquí les dejo con estas bellas imágenes de
ellas, ese hermoso detalle que nos regala la naturaleza.